Los proyectos de ley sobre Licencias Igualitarias y Sistema Integral de Políticas de Cuidados que enviará el Poder Ejecutivo al Congreso Nacional apuntan a resolver el nudo de mayor desigualdad entre los géneros: la distribución inequitativa de las tareas de cuidado, que recaen principalmente sobre las mujeres afectando su autonomía económica.
Estar al cuidado de niños, personas mayores o personas con discapacidad que requieren apoyos de algún tipo y que implican una serie de tareas como cocinar, limpiar la casa, hacer las compras u ocuparse de la gestión del cuidado (coordinar horarios, realizar traslados a centros educativos u otras instituciones), son todas actividades que recaen principalmente sobre las mujeres, que permiten la subsistencia de los hogares, pero también sostienen el actual sistema económico que las invisibiliza.
Télam dialogó con la titular de la Dirección Nacional de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, Lucía Cirmi Obón, para conocer los detalles de los proyectos de ley para «cuidar en igualdad» sobre Licencias Igualitarias y Sistema Nacional Integral de Políticas de Cuidado, que anunció el presidente Alberto Fernández en su discurso a la Asamblea Legislativa.
«Nosotras pudimos visibilizar que antes que la violencia (de género), antes que la brecha salarial, estaba la desigualdad en los cuidados. Sabíamos que, si no se soluciona primero la desigualdad en los cuidados, es muy difícil avanzar en estas otras cosas», afirmó la economista feminista.
Agregó que «la brecha en los cuidados explica la brecha salarial porque muchas mujeres que están en situación de violencia de género dependen de sus parejas por estar cuidando, dependen económicamente y muchas de esas cosas que vemos, incluso la desigualdad en la política, se explica también porque nosotras tenemos responsabilidades de cuidado».
La problemática de los cuidados es el nudo central de las desigualdades estructurales que dificultan la autonomía económica de las mujeres, ya que son ellas las principales cuidadoras de la sociedad.
En Argentina, las mujeres conforman más del 95% del sector del cuidado y representan más del 17% de las asalariadas del país.
En ese marco, la cartera que conduce Elizabeth Gómez Alcorta, a través de campañas territoriales, mesas interministeriales e instancias consultivas federales, delineó dos proyectos «para construir una organización del cuidado más justa que reconozca al cuidado como un derecho, una necesidad y un trabajo».
Licencias Igualitarias
Estos proyectos abarcan, por un lado, la extensión progresiva de licencias para ampliar la cobertura e igualar paulatinamente, de forma escalonada, las licencias parentales para todos los géneros, todos los tipos de familia (incluidas las familias que adopten niñxs) y tipos de trabajadorxs y un esquema similar para monotributistas y autónomos.
Sobre este punto, desde el Gobierno aclaran que esta iniciativa no incluye ningún incremento de costos para los empleadores, ya que está previsto que se financie a través de la seguridad social.
«Nuestra propuesta es ir paulatinamente hacia licencias igualitarias, empezar por 15 días para las personas no gestantes, la licencia por paternidad, ir paulatinamente a que todas las identidades de género y todos los tipos de familia tengan el mismo tiempo después de un nacimiento o una adopción», señaló Cirmi Obón.
Y agregó: «nos parece muy importante incluir la adopción que hasta ahora no tenía la ley de contrato de trabajo, y también a las familias diversas, que muchas veces quedan como en un limbo».
Además, la funcionaria destacó que esta iniciativa «incluye una asignación similar para monotributistas y autónomos, sino lo que ocurre es que ante un nacimiento dejan de trabajar, y si no generan ingresos tienen una inestabilidad económica».
Sistema Integral de Políticas de Cuidados
Por otro lado, el proyecto de ley que establece un «sistema integral de cuidados con perspectiva de género que permitirá crear más de 200.000 puestos de trabajo para quienes cuidan a más de 1 millón de personas que necesitan de esos cuidados», según dijo el presidente el pasado 1 de marzo en el Congreso Nacional.
La demanda de cuidados en la Argentina no llega a ser cubierta por las diferentes instituciones que ofrecen servicios de cuidado (para niñeces, vejez, personas con discapacidad) y debe ser resuelto por las propias familias.
En este sentido, el 10% de las personas mayores de 60 años, aproximadamente 743.000, tienen dependencia básica (no pueden realizar por sus propios medios actividades básicas como alimentarse, bañarse o vestirse). En un 77% este cuidado recae sobre las familias y, en particular, sobre las mujeres (Indec, 2012).
Además, de acuerdo al relevamiento del Mapa Federal de Cuidados, en Argentina 4 de cada 10 departamentos del país no cuentan con ninguna residencia para personas mayores. En tanto, el 10% de la población con Certificado Único de Discapacidad, aproximadamente 126.000 personas, necesita un alto grado de asistencia directa para la vida diaria.
«Cuando decimos que queremos que crezca la remuneración y la jerarquización de los trabajadores y trabajadoras del cuidado, estamos hablando de cuidadores y cuidadoras domiciliarias, de cuidadoras comunitarias, estamos hablando de acompañantes, asistentes de vida para la discapacidad, estamos hablando de espacios comunitarios de cuidado; si todo eso crece, emplea mucha gente», afirmó la funcionaria.
En este marco, Cirmi Obón destacó que «el cuidado está muy conectado con la pobreza, con el desempleo y con la informalidad; por esto es que decimos que, en este contexto tan crítico, hay que invertir en cuidados para salir de la pandemia con una sociedad del cuidado y con las mujeres no sólo adentro, sino en pie de igualdad».
Las tareas domésticas y de cuidados no remunerados representan un 16% del PIB
El trabajo doméstico y de cuidados no remunerados (TDCNR) es el sector que más aporta a la economía, estimado en un 15,9% del PIB, por arriba del 13,2% de la industria y el 13% del comercio, según el cálculo realizado por la Dirección de Economía, Igualdad y Género (DNEIyG) del Ministerio de Economía.
Estos datos aportan a dimensionar el contexto de las mujeres en el mundo del trabajo. Al ser las principales cuidadoras de la sociedad, disponen de menos tiempo para realizar trabajo remunerado o actividades que contribuyan a su formación y profesionalización que le permitan luego acceder a mejores empleos.
La Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT, 2013) midió por primera vez la cantidad de horas que utilizan varones y mujeres a las tareas domésticas y de cuidados no remunerados. Las diferencias que se encontraron por género marcan la dimensión estructural de las desigualdades con las que se encuentran las mujeres a la hora de ingresar al mercado de trabajo.
Según esta encuesta, las mujeres realizan más del 75% de las tareas domésticas no remuneradas. El 88,9% de las mujeres participan de estas tareas y les dedican en promedio 6,4 horas diarias. Mientras tanto, sólo el 57,9% de los varones participa en estos trabajos, a los que les dedican un promedio de 3,4 horas diarias.
En tanto, el aporte por género del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado al PIB es desigual: el 75,7% proviene de tareas realizadas por mujeres. Es decir, las mujeres realizan más de las tres cuartas partes de este trabajo y, de este modo, dedican, el total de ellas en su conjunto, 96 millones de horas diarias de trabajo gratuitas a las tareas del hogar y los cuidados, de acuerdo al informe de la DNEIyG.
«los varones no colaboran en el cuidado ni en las familias ricas ni en las familias pobres. La diferencia es que en las familias ricas, las mujeres pueden contratar servicios de cuidado y seguir trabajando ellas y seguir creciendo»Lucía Cirmi Obón, directora nacional de Políticas de Cuidado
La titular de la Dirección Nacional de Políticas de Cuidado, Lucía Cirmi Obón, dijo a Télam que «los varones no colaboran en el cuidado ni en las familias ricas ni en las familias pobres. La diferencia es que en las familias ricas, las mujeres pueden contratar servicios de cuidado y seguir trabajando ellas y seguir creciendo».
«En cambio, las mujeres pobres, no pueden hacer eso, no encuentran vacantes públicas muchas veces y tienen que quedarse ellas cuidando, lo cual no está mal, pero en esta sociedad el tiempo es plata y quedarte cuidando gratuitamente es perder plata», explicó la economista feminista.
En este contexto es que el presidente Alberto Fernández presentó en el discurso a la Asamblea Legislativa dos iniciativas de ley que apuntan al «corazón de las desigualdades entre los géneros»: los proyectos para «Cuidar en Igualdad» sobre Licencias Igualitarias y Sistema Integral de Cuidados que buscan incidir en las brechas de género.
LAS ACCIONES QUE LLEVA ADELANTE LA PROVINCIA
Por Corresponsal
El Gobierno bonaerense trabaja, desde distintos programas que buscan la equidad laboral de mujeres e identidades feminizadas, en la generación de espacios de corresponsabilidad de cuidado, así como procura visibilizar a las trabajadoras de casas particulares que se ocupan de ese tipo de tareas en los hogares.
«Tenemos que ir a un mundo de trabajo más igualitario, pensar la inserción de más mujeres e identidades feminizadas en todos los trabajos, pensar en políticas de correspondencia y generar más igualdad y acceso al trabajo. Más permanencia se logra pensando las políticas públicas en clave de género», afirmó a Télam la directora de Políticas para la Equidad Laboral, Formación para el Trabajo y Políticas de Cuidado, Claudia Lazzaro.
«Empezamos a pensar un mundo de trabajo igualitario», remarcó la funcionaria del Ministerio bonaerense de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexal en relación al nuevo régimen de licencias parentales para estatales, que pretende alcanzar un modelo que contribuya a reducir las desigualdades de género en la crianza de las niñas, los niños y adolescentes.
La iniciativa, enmarcada en el Decreto provincial 140/2022, establece que todas las personas gestantes contarán con una licencia de 45 días para el cuidado del recién nacido, que son complementarios a los 90 existentes, por lo que será un total de 135 días.
Para los casos de nacimientos de niñas o niños con discapacidad contarán con 180 días corridos. Además de la extensión en los días de licencia, si ambos progenitores prestan servicio en el ámbito de la provincia, podrán optar por elegir quién será la persona que goce de la licencia.
Al mismo tiempo, la licencia para el corresponsable parental se extenderá de 3 a 15 días. Y fueron ampliados los días de licencia por adopción de 90 a entre 120 y 180 días.
En ese sentido, Lazzaro destacó la importancia de avanzar en «licencias igualitarias que generen la corresponsabilidad del cuidado en el otro».
«Además, desde el programa Sello Construir Igualdad se está pensando en la transversalización de la perspectiva de género en el sector privado y público, se trabaja en la sensibilización y acompañamiento para la inclusión de políticas de género, prevención de la violencia laboral, la inserción permanente y el ascenso de mujeres, el cupo laboral trans y políticas de conciliación de cuidados. Ya sabemos que el cuidado que recae sobre una mujer no es el mismo que el de su compañero», precisó la funcionaria.
Y destacó que «en esa conciliación que pretendemos a través del Sello Construir Igualdad tenemos que promover espacios de cuidado, promover una infraestructura de cuidado, promover en espacios laborales maternidades y paternidades corresponsables, que las empresas puedan implementar el uso de lactario y generar en polos y parques que haya lugares de cuidado».
Lazzaro sostuvo que para trabajar los cuidados también es necesario desmasculinizar ciertos trabajos y para ello se creó el programa Oficios Sin Prejuicios, que busca insertar mujeres y personas feminizadas en esos trabajos atribuibles a los hombres, como el sector portuario «donde hemos logrado que empiecen a trabajar mujeres en la estiba, en máquinas. Ya hay mujeres que están desarrollando oficios, mujeres que estudian en el trabajo en esos sectores masculinos».
«Tenemos que pensar en las personas que cuidan y para ello tenemos una campaña para las trabajadoras de casas particulares para su registración, para promover su visibilización como trabajadoras, cambiar el chip de que la persona que ingresa a casa para cuidado no sea invisibilizada como una trabajadora, que se la reconozca como una trabajadora con derechos», remarcó.
Consideró además que «será fundamental lograr modificar la Ley de Contrato de Trabajo para cambiar el paradigma de quienes cuidan ya que la ley tiene un capítulo de licencias que atribuye todos los cuidados a las mujeres. Hay que salir de ese paradigma en el que somos las que cuidan y empezar a pensar en la comunidad, en las familias y que el varón se sienta responsable del cuidado, del afecto y amor».
«Venimos de muchos años donde se dijo que debíamos cuidar y cuidábamos como podíamos. Todo eso es parte de una cultura, la cultura de cuidado que hay que ir desarmando de a poco», dijo.
La funcionaria bonaerense sostuvo que «hay cambio de época, empiezan a entender que un mundo de trabajo libre de violencia y que piense espacios de corresponsabilidad de cuidado va a hacer que la persona trabaje mejor».
Fuente: Telam