Tras fallar en su intento reeleccionista, Macri sustentó sus esperanzas de volver a la Casa Rosada en el 40,3% de los votos que obtuvo en las elecciones de 2019. En el fuero íntimo esperaba poder edificar sobre esos 10.811.586 votos una vuelta triunfal.
Sin embargo los números le dan la espalda y desde que dejó la presidencia, lejos de poder mejorar sus chances de un «segundo tiempo», su imagen negativa no para de caer.
Por caso, una encuesta de Nueva Comunicación realizada en febrero pasado mostró que la imagen negativa de Macri alcanza el 73% en suelo bonaerense, teniendo el peor diferencial de los dirigentes políticos con -50 puntos porcentuales.
A nivel nacional, la imagen negativa del ex presidente oscila entre el 50% y el 60%, con un diferencial negativo que el tiempo no hizo más que empeorar.
Al rechazo popular se suma que tal como el mismo reconoció, a Macri lo aburre la gestión pública. De hecho, apenas dejó la presidencia no tuvo reparos en admitir que durante su gestión a las 19 dejaba todas sus obligaciones de lado para poder tirarse a ver Netflix.
Con su obligado paso al costado, la interna entre halcones y palomas del PRO quedó liberada y, se prevé, será encarnizada.
Fuente: MinutoUno