El astro argentino Lionel Messi se marchará del Paris Saint-Germain al final de la temporada, vencido su contrato, aseguró este jueves el director técnico Christophe Galtier en una conferencia de prensa previa al último partido de la Ligue 1.
El entrenador, primera voz alzada en forma oficial para confirmar una noticia instalada hace semanas, informó que el capitán del seleccionado argentino jugará su último partido en el Parque de los Príncipes este sábado cuando el flamante campeón del fútbol francés reciba a Clermont.
«Tuve el enorme privilegio de entrenar al mejor futbolista de la historia. Y espero que en su último partido en el Parque de los Príncipes sea bien recibido por todos los aficionados», pidió Galtier a la afición parisina frente a los abucheos y reprobaciones que recibió Leo en los anteriores juegos como local.
«Creo que las críticas a Messi no son para nada justificadas. Con 35 años, habiendo sido el mejor en el Mundial de Qatar, el balance es impresionante. Siempre ha estado al servicio del equipo. Necesitaba adaptarse en su primer año, hizo una buena pretemporada y su segundo año fue notable», subrayó el DT.
«Tuve el enorme privilegio de entrenar al mejor futbolista de la historia. Y espero que en su último partido en el Parque de los Príncipes sea bien recibido por todos los aficionados»
El balance de dos temporadas
Messi dejará el PSG a dos años de su llegada, con una balance de tres títulos (dos Ligue 1 y una Supercopa de Francia) y un registro de 32 goles y 34 asistencias en 74 partidos.
En la actual campaña, el argentino fue el segundo mayor anotador del equipo (16 tantos) detrás de Kylian Mbappé y el máximo asistidor de la toda la Ligue 1 (16). La consagración del equipo se produjo el último sábado gracias a un gol suyo en el empate con Racing Estrasburgo (1-1), de visitante.
Sin embargo, Messi recibe el hostigamiento de un sector de la parcialidad del PSG desde la eliminación del equipo en la Liga de Campeones de Europa, un trofeo ausente en las vitrinas del club, que se convirtió en una obsesión desde la llegada de los dueños qataríes.
Los detractores lo señalan por su escasa incidencia en la serie de octavos de final ante Bayern Múnich de Alemania, perdida 3-0 en el marcador global, y también lo miran con desconfianza por su coronación en Qatar 2022 tras imponerse en la final ante Francia.
Messi recibió silbidos y abucheos en la mayoría de los partidos disputados este año en el Parque de los Príncipes, pero la situación se agravó a principios de mayo por faltar a un entrenamiento debido a un viaje a Arabia Saudita para atender compromisos comerciales.
La directiva del club, que por esos días había recibido la noticia de que el argentino no renovaría su contrato, lo suspendió por dos semanas y un grupo de hinchas se concentró en las oficinas del PSG y las inmediaciones de su casa para insultarlo.
La sanción finalmente quedó recortada a una semana después de que Messi ofreciera sus disculpas a través de un video publicado en su cuenta de Instagram. En el descargo, explicó que, al momento de decidir su vuelo a Arabia Saudita, el plantel parisino tenía libres dos días, algo que cambió por una derrota en el campeonato francés.
El argentino se anotició de la práctica del lunes 1 de mayo cuando ya estaba en viaje y la dirigencia decidió castigarlo en una medida que tuvo tono de despecho por su decisión de abandonar la institución a partir del 30 de junio.
Sin confirmaciones para el futuro
A un mes de ese límite, Messi todavía no decidió dónde jugará a partir de la próxima temporada. Barcelona, su casa, parece complicado en la ingeniería contable para cumplir con el fair play financiero de LaLiga de España y habilitar el contrato del argentino.
En el entorno de Messi no cayó bien que la dirigencia del club catalán todavía no haya presentado una oferta concreta para su regreso al club, como tampoco las últimas declaraciones del DT Xavi Hernández, quien aseguró que la vuelta al Camp Nou depende casi exclusivamente del deseo del argentino.
En rigor, Messi dispone hoy dos propuestas que no cumplen con su intención de continuar en el máximo nivel del fútbol mundial. La primera corresponde al Al-Hilal de Arabia Saudita y la segunda al Inter Miami propiedad del británico David Beckham, quien lleva años detrás del objetivo de cristalizar su desembarco a la MLS, lo que generaría un fuerte impacto comercial en los años previos al Mundial que Estados Unidos organizará junto a México y Canadá en 2026.
La propuesta de esa franquicia es por cuatro temporadas con un salario cercano a los 50 millones de dólares al año.
Fuente: Télam