Hasta el momento, Estados Unidos y las principales instituciones occidentales, además de bloques como el G7, venían ninguneando el impacto del BRICS al considerar que representaban una pequeña porción del PBI global.
La unión de las principales potencias de Medio Oriente y Asia, junto con las dos economías más importantes de América Latina cambió por completo esa ecuación. Esto es, Irán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, India, Rusia, China, Brasil y Argentina se unieron contra Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia.
Hasta el 23 de agosto, el grupo representaba el 31,5% del PIB mundial -en paridad de poder adquisitivo- y algo más del 40% de la población total. Si los 20 países candidatos fueran aceptados, los BRICS representarían alrededor del 40% del PIB mundial y más del 50% de la población mundial.
Sin dudas, es una nueva alianza estratégica que demorará tiempo hasta demostrar su poder real, pero es el comienzo del fin de las sanciones de Estados Unidos a los países que no son de su agrado. Eso también es un hecho.
Por caso, impuso una batería de medidas contra Rusia y el rublo no sólo amortiguó la caída gracias a la demanda que incentivó Vladimir Putin de su moneda para comerciar en medio de la guerra con Ucrania sino también que se volvió como un boomerang porque eso generó una fuerte de reacción de China al darle impulso al yuan.
Entonces, hoy vemos a Arabia Saudí manteniendo relaciones comerciales en renminbi, rublos, rupias y hay especialistas que ya hablan del petroyuán. Incluso, la Argentina se sumó a la tendencia y ahora también importa bienes y servicios en dólares, yuanes y reales brasileños.
Esto no es un dato menor en un contexto de inflación en dólares. Javier Milei promete dolarización para eliminar la inflación en pesos pero nadie le discute públicamente que será reemplazada por inflación en dólares en un mundo en proceso de desdolarización.
Además, la incorporación de Arabia Saudí al BRICS habla del gran fracaso de Estados Unidos en política exterior. Buscó por todos los medios posibles resistir eso para no perder peso en la OPEP+.
Cuando Estados Unidos decide eliminar el patrón oro como respaldo del dólar en los acuerdos de Bretton Woods, lo hizo porque se acordó con las principales potencias globales sostener la demanda de dinero a través de la comercialización de materias primas, principalmente el petróleo.
Eso se acaba de romper. Gran fracaso de Joe Biden pero también de Donald Trump, que fue quien impulsó esta estrategia geopolítica. La consolidación de ese derrumbe se dio el miércoles 23 de agosto en Johannesburgo cuando los BRICS sellaron un pacto para sentar en una misma mesa a sunitas (Arabia Saudí) y chiítas (Irán). Israel quedó solo y tiene otro problema. Gravísimo problema. Sobre todo quienes necesitaban este enfrentamiento para sostener su negocios armamentísticos. No jodamos…
Más allá de estar de acuerdo o no, hay un punto de inflexión concreto: la globalización y la polarización está llegando a su fin. Se afianza la multipolaridad en la que se negociará de igual a igual entre bloques y no ya entre potencias y países emergentes.
Para que se den una idea, el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, creado en 2015, es una organización que cuenta con un capital estimado de 100.000 millones de dólares y se perfila como una alternativa al FMI, así como al Banco Mundial.
La pregunta es si el paso siguiente en la próxima sede de la cumbre del BRICS, muy probablemente en la ciudad rusa de Kazan, el tema a tratar será la creación de una moneda para el comercio entre países miembros respaldada por el patrón oro.
Los BRICS también acordaron en la cumbre acelerar el uso de sus monedas locales para liquidar transacciones comerciales y de inversión entre ellos, continuando reduciendo su dependencia del sistema financiero y de pagos global basado en el dólar estadounidense.
Teniendo en cuenta estos resultados, es comprensible que el líder chino, Xi Jinping, diga que “esta es una ocasión histórica. . . eso aporta un nuevo rigor al bloque”.
La India hizo un nuevo paso en el proceso activo de la desdolarización al empezar a comerciar con los Emiratos Árabes Unidos (EAU) en su moneda nacional.
El 14 de agosto, la principal refinería india, Indian Oil Corporation Limited, anunció la compra de un millón de barriles de crudo a Abu Dhabi National Oil Company (ADNOC), señalando que la compra se hizo en rupias (así como en dirhames) y no en dólares, según el diario turco Dunya.
Entonces, enumeró 4 razones por las que hay un claro interés de desdolarizar la economía en muchos países emergentes (y no tanto…):
- La excesiva dependencia de una sola moneda, pues los cambios en la política monetaria estadounidense y las posibles sanciones o restricciones de EEUU entrañan riesgos. Además, el Gobierno estadounidense «lleva muchos años registrando grandes déficits presupuestarios», lo que «hace temer por la inflación y el valor del dólar».
- Washington se vio envuelto en numerosos conflictos geopolíticos en los últimos años, entre los que destacan las guerras de Irak y Afganistán. Estos conflictos aumentaron las tensiones entre EEUU y otros países, haciendo que algunas naciones estén menos dispuestas a utilizar el dólar.
- China, la segunda economía mundial y un actor cada vez más influyente en el comercio global, está fomentando el uso de su moneda como alternativa al dólar.
- Las criptomonedas como el bitcoin, que no están sujetas a control gubernamental, se volvieron atractivas para quienes buscan una alternativa a la divisa estadounidense.
Una definición clave del ministro de Economía, Sergio Massa, quien el 28 de agosto se reunirá con su par brasileño Fernando Haddad: «Argentina tiene que ir a una simplificación cambiaria».
Es decir, se impone la eliminación del cepo y la unificación cambiaria o desdoblamiento cambiario para poder aprovechar los beneficios de integrar este tipo de bloques.
Fuente: urgente24