Contexto de la situación en el PRO
El lunes pasado, en horas posteriores a los resultados de las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, la vicegobernadora de Santa Fe, Gisela Scaglia, envió un mensaje al grupo de WhatsApp que comparte con los presidentes provinciales del PRO. En este mensaje, Scaglia sugirió una revalorización del papel del partido amarillo en noviembre, tras los comicios nacionales, distanciándose de La Libertad Avanza. Esta propuesta generó incomodidad, especialmente entre los dirigentes que apoyaron la alianza en Buenos Aires. La frustración se acentúa debido al crecimiento de la influencia libertaria a nivel nacional, como dejó ver una fuente cercana a Mauricio Macri: “Hemos sido estafados”.
Desafíos y análisis del resultado electoral
En el marco de las elecciones, ha resurgido el debate sobre la conveniencia del PRO de asociarse política y electoralmente con LLA. Dirigentes como María Eugenia Vidal, Soledad Martínez, Silvia Lospennato, Jorge Macri, Ignacio Torres y la misma Scaglia ya habían planteado estas inquietudes en reuniones previas. Dos visiones emergen sobre el desempeño en Buenos Aires:
- La visión más crítica sostiene que el PRO ha perdido su identidad, evidenciado por no conseguir más que siete de las doce bancas en juego en el Parlamento.
- Por otro lado, hay quienes consideran que, de las expectativas que manejaban las encuestas, obtener siete es un logro.
Análisis de los resultados específicos y errores en la campaña
Un dirigente del partido que participó activamente en la estrategia electoral expresó su desilusión, señalando que algunos intendentes del no peronismo tuvieron resultados excepcionales, mientras otros no lograron el mismo impacto. En su opinión, no se trataba de una cuestión de gestión, ya que el desempeño de figuras como Diego Valenzuela no es necesariamente inferior al de otros, sino más bien de no poder transmitir la épica necesaria para este tipo de elecciones. También se criticaron las deficiencias operativas en la campaña, citando fallas estructurales y problemas en la fiscalización que contribuyeron al fracaso electoral.
Visión de futuro y preparación para octubre
A pesar de las críticas, quienes defienden la alianza bonaerense con LLA insisten en que no es momento de cambiar de estrategia, pues esto representaría entregar el control al kirchnerismo. En cambio, creen que es esencial rectificar los errores y prepararse para avanzar. En este contexto, Mauricio Macri se mantiene observador y reservado, evitando involucrarse directamente en las elecciones y mostrándose descontento con Milei. En la semana posterior a la derrota, se llevó a cabo una reunión en Casa Rosada con armadores bonaerenses, sin la participación activa de Macri. Uno de los organizadores del PRO subrayó la necesidad de establecer una política más firme y menos improvisada, advirtiendo sobre problemas serios que deben ser abordados.
Por otro lado, se ha expresado desde el gobierno la necesidad de que Macri participe más activamente, a lo que su círculo cercano se muestra escéptico, indicando que podría no ocurrir. En un giro irónico, el mes pasado se cumplieron dos años desde que una funcionaria libertaria ganó la interna del PRO, sentando un precedente en la política argentina. En ese contexto, Patricia Bullrich resaltó la importancia de que el gobierno actúe de forma alineada con Macri, sugiriendo que el diálogo debería ser más fluido, aunque por ahora no se ha vislumbrado un acercamiento entre las partes.