Condena por tráfico de explosivos
Alberto Barnada, un jubilado de 77 años conocido como «Bombita», ha sido declarado culpable por tráfico ilegal de explosivos tras ser arrestado el 11 de junio de 2024 con un notable cargamento de 500 kilos de dinamita en su camioneta. La sentencia fue emitida esta semana por el Tribunal Oral Federal de Paraná, que le impuso una pena de tres años de prisión condicional.
Detalles del arresto
La investigación reveló que Barnada había partido de la provincia de Córdoba con destino a Misiones. Su travesía lo llevó a atravesar la provincia de Santa Fe, donde fue detenido cerca del Túnel Subfluvial en Entre Ríos, tras parar en el Puesto Caminero Santa María en el kilómetro 496 de la ruta nacional 12.
Durante una inspección de rutina, los agentes notaron algunos signos de nerviosismo por parte del detenido. Al preguntarle sobre el contenido de la caja en su vehículo, Barnada afirmó que transportaba agroquímicos. Sin embargo, las autoridades descubrieron que lo que realmente llevaba eran 15 panes de explosivos envueltos en trapos, sin la documentación adecuada.
Características del material explosivo
- El contenido total era de 500 kg de Gelamón V.F. 65%, un tipo de dinamita potente fabricada en la planta de Fabricaciones Militares en Villa María.
- Este tipo de explosivo se usa comúnmente en construcción y en la industria minera.
La defensa de Barnada intentó argumentar que el material era inofensivo debido a la falta de detonadores, pero los expertos en explosivos refutaron este punto, indicando que el vehículo no contaba con los elementos de seguridad necesarios para el transporte de dicha carga.
Argumentos de la Fiscalía y sentencia
El fiscal José Ignacio Candioti había solicitado una pena de cuatro años de prisión efectiva, enfatizando el grave peligro que representaba: “El jubilado llevaba más dinamita de la utilizada en los atentados contra la AMIA”. La conducta de Barnada fue calificada como «dolosa» y de «altísimo peligro social» debido a su experiencia en el comercio de equipos viales y mineros, lo que indicaba un conocimiento del riesgo que conllevaba el transporte de explosivos.
Se destacó que el acusado había pasado la noche anterior a su detención en la localidad de Cerrito y que había dejado su camioneta con el material explosivo estacionada cerca de una estación de servicio. La fiscal ayudante Valeria Esponda subrayó la gravedad del hecho diciendo: “Una camioneta cargada con media tonelada de material explosivo de alto poder estacionada durante muchas horas a media cuadra de una estación de servicio”.
Finalmente, la Justicia dictó una condena de tres años de prisión condicional, una pena inferior a la que había solicitado la fiscalía, aunque la resolución judicial respaldó la postura del Ministerio Público Fiscal. También se informó que los explosivos incautados serán destruidos, ya que no es apropiado que se almacene tal cantidad de material peligroso.