Una semana caótica
El cierre de semana fue dramático, y la reapertura de los mercados el lunes se convirtió en un auténtico desafío. El Banco Central tuvo que intervenir de urgencia el jueves, vendiendo US$379 millones para estabilizar la banda cambiaria. Sin embargo, el día siguiente fue aún más crítico, con una venta de US$678 millones. En ese contexto, Luis Caputo contactó a la Secretaría del Tesoro de EE.UU., buscando revivir una promesa hecha por Scott Bessent en abril, que planteaba la posibilidad de una ayuda directa en situaciones extremas.
Gestiones diplomáticas intensas
A lo largo de jueves y viernes, se realizaron gestiones intensas que no rindieron frutos. Michael Kaplan, secretario adjunto del Tesoro, fue el contacto, y su desconfianza hacia el entorno económico del país complicó la situación. Mientras tanto, Javier Milei anunció en Córdoba sobre unas tratativas avanzadas para un préstamo de EE.UU., aunque las conversaciones resultaron en su mayoría infructuosas. Parallelamente, un circuito extraoficial también empezó a tomar forma a través de Barry Bennett, asesor de Donald Trump, quien se había reunido previamente con Milei. Con la ayuda de Leonardo Scatturice y Rob Citrone, se intentó establecer contacto con personas influyentes en Washington.
- Las conversaciones preliminares no produjeron resultados concretos.
- Se buscó apoyo político a través de Marco Rubio para facilitar la asistencia.
El sábado, mientras Caputo trazaba un plan de contingencia, quedó claro que la ansiedad se había apoderado de la situación. La preocupación de Washington aumentó por rumores de un posible paquete de ayuda de US$30.000 millones, cuando aún no existía un acuerdo formal.
Señales esperanzadoras a última hora
El domingo brindó algunas señales de esperanza: el Tesoro estadounidense compartió un mensaje sobre avances en la situación y sugirió que el caso sería revisado por Trump. Se les pidió a los funcionarios argentinos paciencia y que no tomarán decisiones precipitadas en el inicio de la semana. De todos modos, Caputo siguió buscando maneras de obtener dólares, proponiendo a exportadores de cereales la compra de bonos en el extranjero, un plan que fue rechazado.
Este rechazo llevó a discutir una baja temporal en las retenciones, algo que Caputo inicialmente negó, pero que finalmente aceptó. En medio de la incertidumbre, se llegó a un acuerdo para una reunión con los exportadores, programada para el lunes a las 9 de la mañana.
Lunes decisivo
El lunes amaneció con medidas urgentes antes de la reunión: el anuncio de retenciones cero a productores agropecuarios fue emitido sin consultar a los involucrados, reflejando la gravedad de la situación. Una hora más tarde, Bessent comunicó la aprobación de un paquete de asistencia por US$20.000 millones, que incluía opciones para comprar bonos, a diferencia del pedido original de US$30.000 millones.
Movimiento y reacciones
El anuncio de Bessent significó un cambio sustancial, revitalizando las negociaciones. En la reunión con exportadores, hubo tensión al tratar de unificar la liquidación de los US$7000 millones, mientras algunos referentes expresaban su descontento con la medida. Este apuro se debió a que el Tesoro estadounidense había empezado a expresar incomodidad con los productores locales en EE.UU. debido a que el mercado chino había cambiado de proveedor.
- Las críticas se intensificaron cuando se supo que sólo el 30% de las operaciones eran de productores directos.
- La propuesta de Caputo de acelerar el proceso fue urgente ante la presión de Washington.
Un respiro temporal para el Gobierno argentino
Al cierre de esta intensa semana, la administración se sintió aliviada. Habían logrado contener un colapso inmediato mediante el apoyo de EE.UU, pero con desafíos económicos y electorales por delante. En la próxima semana, los equipos de Caputo y Bessent deberán trabajar en los detalles de la asistencia, mientras la incertidumbre sobre la situación electoral continúa. La relación con Washington se ha convertido en un aspecto central de la política exterior argentina, marcando un cambio significativo en el enfoque del Gobierno.