Un mensaje claro en el Festival Internacional de Cine de Morelia
En su reciente participación en el Festival Internacional de Cine de Morelia, Lucrecia Martel compartió las motivaciones que la llevaron a explorar una problemática de despojo que afecta a comunidades indígenas en su debut como documentalista con Nuestra tierra. «Se ve a los indígenas como si fueran una gente exótica que no tiene nada que ver con uno», reflexionó la directora.
Martel subrayó la conexión entre el despojo de tierras y la crisis habitacional que enfrentan muchos jóvenes en Argentina, quienes pueden gastar la mitad de su salario o más en alquileres. «El problema de la expulsión de tierras no está muy lejos del problema de la cantidad de gente joven que no va a tener casa por muchísimas décadas, sino toda su vida», agregó.
Foco en el activismo y la justicia
El documental se centra en el juicio contra los responsables del asesinato del activista indígena argentino Javier Chocobar, ocurrido en la comunidad de Chuschagasta, Tucumán. El crimen fue cometido por un empresario que intentaba desarrollar una explotación minera en las tierras de los Chuschagasta, y la tragedia fue capturada en un video que se difundió en YouTube, sirviendo como motivación para la realización del filme.
- El equipo de Martel estuvo presente en todas las jornadas del juicio, que se extendió por un año y medio.
- Se consultó a la familia de Chocobar y a su comunidad, mientras se adentraban en un complejo mundo legal.
«Tuvimos que ponernos en contacto con una causa judicial de miles y miles de fojas… es sumergirse en un mundo incomprensible por muchos momentos, absurdo», explicó la cineasta.
Visibilidad indígena y percepción pública
Martel considera esencial presentar un respaldo histórico en su obra, especialmente ante un público argentino que no se identifica con los pueblos indígenas: «La identidad del reclamo indígena es difícil de aceptar para la población argentina».
El documental fue proyectado el 12 de octubre, fecha que coincide con el aniversario de la muerte de Chocobar y la llegada de los españoles a América. Ese mismo día, tuvo lugar una manifestación de pueblos indígenas en Michoacán, que se tornó violenta con la intervención de la policía.
«Ayer les echaron gas pimienta, se intoxicaron todos», lamentó Martel, quien también fue reconocida con la Medalla de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Inspiración para nuevas generaciones
La aclamada directora de La ciénaga, La niña santa, La mujer sin cabeza y Zama se mostró entusiasta al interactuar con jóvenes aspirantes a cineastas.
«Narrar con imágenes y sonido es algo muy poderoso, creo en eso. Y creo que va a haber una generación que no se va a conformar con desaparecer. Nosotros (los mayores) parecería que sí», afirmó.
Además, Martel enfatizó que el cine debe abrirse a nuevas narrativas y no limitarse a temas universales. «El único que tiene la preocupación de lo universal es el mercado, que necesita vender todo en la mayor vastedad posible», manifestó. Asimismo, cuestionó la predominancia de narrativas centradas en el conflicto, advirtiendo que eso puede llevar a un desprecio por otras formas de humanidad.