Una mezcla clásica en la cocina
La combinación de limón y sal no solo es un clásico en el ámbito culinario, sino que también se ha popularizado por su eficacia para limpiar superficies, evitando así el uso de productos industriales. Esta solución casera se caracteriza por ser económica, accesible y ecológica.
Propiedades limpiadoras del limón y la sal
El limón posee propiedades desinfectantes y es capaz de neutralizar malos olores, mientras que la sal actúa como un abrasivo suave, ideal para quitar la suciedad más difícil. Juntos, constituyen un poderoso limpiador que puede ser utilizado en diversas áreas del hogar.
Preparación de la mezcla
Para obtener esta mezcla, solo se requieren dós ingredientes y unos minutos:
- Exprimir el jugo de limón en un recipiente.
- Añadir sal fina o gruesa y mezclar hasta obtener una pasta.
- Aplicar sobre la superficie a limpiar.
- Frotar con una esponja o cepillo, dependiendo del material.
- Si la mancha es persistente, dejar actuar de 3 a 5 minutos.
- Enjuagar con agua y secar con un paño limpio.
Usos versátiles de la mezcla
La mezcla de limón y sal tiene múltiples aplicaciones, destacando:
- Desinfección de tablas de cortar y utensilios: elimina bacterias y malos olores aplicando la mezcla directamente sobre la superficie.
- Eliminación de manchas de óxido: efectiva en metales, piletas y griferías.
- Limpieza de superficies de cocina: mesadas, hornallas o baldosas quedan brillantes sin necesidad de químicos agresivos.
- Neutralización de olores: especialmente útil en tablas de madera, desagües y recipientes con restos de alimentos.
- Quitar manchas difíciles en vajilla: aplicar la mezcla en ollas o cacerolas con residuos difíciles de eliminar.