Decisión sorprendente de Trump
Donald Trump ha firmado este viernes una orden que conmuta la pena del excongresista George Santos, quien había sido sentenciado a más de siete años de prisión por fraude electrónico y robo de identidad agravado. En una declaración pública, el presidente de Estados Unidos ofreció una justificación llamativa: «Fue un poco pícaro, pero hay muchos pícaros que no fueron obligados a ir presos».
Detalles sobre la condena de Santos
Santos, de 37 años, estaba cumpliendo su condena en el Centro Correccional Federal de Fairton, en Nueva Jersey, después de haber admitido haber engañado a donantes y utilizar identidades ajenas para financiar su campaña electoral. En su mensaje en Truth, Trump mencionó que Santos había sido «terriblemente maltratado» durante su detención. Esta semana, Santos había dirigido una carta abierta a Trump solicitando su perdón, describiéndolo como un «hombre de segundas oportunidades».
El contexto político y la respuesta de Trump
El pedido de clemencia de Santos fue escuchado por Trump, quien decidió conmutar su pena. «George Santos era un poco ‘pícaro’, pero hay muchos pícaros en nuestro país que no están obligados a cumplir siete años de prisión», añadió el magnate. Santos, de origen brasileño, se desempeñó como representante por Nueva York entre 2023 y 2025 y fue condenado tras admitir fraude y el uso ilícito de identidades para financiar su campaña al Congreso.
Problemas adicionales y gastos irregulares
Hasta su expulsión, Santos enfrentó múltiples escándalos, incluyendo la fabricación de historias sobre su familia, como la afirmación de que sus abuelos habían sobrevivido al Holocausto y que su madre había estado presente durante los ataques a las Torres Gemelas. Trump, al justificar la conmutación, comparó su caso con el del senador demócrata Richard Blumenthal, quien fue acusado de mentir sobre su servicio militar en Vietnam.
Un vistazo a los gastos del excongresista
Santos fue expulsado de la Cámara de Representantes en diciembre de 2023, siendo el sexto congresista en ser destituido en la historia del Congreso estadounidense. Aunque en ese momento no había sido condenado, enfrentaba 13 cargos que incluían fraude, lavado de activos y robo de fondos públicos. Un informe del Comité de Ética de la Cámara, controlado por su propio partido, reveló que había desviado más de 200.000 dólares de sus fondos de campaña para gastos personales, que incluían compras en tiendas de lujo como Hermès y Ferragamo, viajes, suscripciones a OnlyFans, así como pagos recurrentes a sus tarjetas de crédito.
En una audiencia judicial de abril pasado, Santos expresó: «Ofrezco mis más profundas disculpas. No puedo reescribir el pasado, pero puedo controlar el camino por delante».