Cuida tus neumáticos, cuida tu seguridad
Los neumáticos son más que simplemente ruedas; representan el único contacto entre tu vehículo y la carretera. Por lo tanto, mantenerlos en buen estado no solo contribuye a la economía, sino que también minimiza el riesgo de situaciones peligrosas mientras conduces.
Hábitos para alargar la duración de tus neumáticos
Tu estilo de conducción influye considerablemente en la longevidad de las cubiertas. Adoptar un comportamiento más suave y consciente puede marcar la diferencia:
- Evitá aceleraciones y frenadas bruscas: este tipo de maniobras generan fricción adicional y provocan un desgaste acelerado, sobre todo en curvas y en tráfico denso.
- No sobrecargues el vehículo: un peso excesivo deforma los neumáticos, obligándolos a trabajar más de lo necesario.
- Mantené una velocidad constante y moderada: esto no solo es más seguro, sino que también previene el sobrecalentamiento de las cubiertas.
- Esquivá pozos, cordones y piedras: los impactos severos pueden dañar la estructura interna de los neumáticos, resultando en cortes o deformaciones.
- Frená de forma progresiva: un uso agresivo de los frenos provoca un desgaste prematuro, especialmente en el eje delantero.
Inspección regular: clave para la seguridad
Realizar una rápida revisión periódica puede evitarte sorpresas desagradables. Es ideal revisar los neumáticos al menos una vez al mes y siempre antes de emprender un viaje. Poné atención a los siguientes indicadores:
- Profundidad del dibujo: en Argentina, el mínimo legal es de 1,6 mm. Si está por debajo, se pierde adherencia, especialmente en superficies mojadas.
- Desgaste irregular: esto puede ser signo de problemas en la alineación o el balanceo. Ignorarlo podría llevar a un daño temprano de la cubierta.
- Grietas, deformaciones o «huevos»: estas son señales de deterioro que pueden resultar en un reventón.
- Vibraciones o ruidos inusuales: suelen indicar deformaciones o desbalanceos.
No subestimes estos síntomas: un neumático en mal estado podría ser la diferencia entre un viaje seguro y un accidente.
Mantenimiento de la presión: el truco más sencillo
Conservar la presión adecuada es la forma más simple y económica de cuidar tus neumáticos. Encontrá el valor recomendado en el manual del vehículo, en la etiqueta de la puerta o en la tapa del tanque de combustible. Asegurate de medir cuando los neumáticos estén fríos, ya que una conducción corta puede alterar la lectura.
Deberías revisar la presión una vez al mes y siempre antes de viajes largos o cuando lleves carga pesada. Recuerda que, aunque un neumático parezca inflado, podría estar con una presión baja.
Un aspecto a destacar: si utilizas una presión inferior a la recomendada, la vida útil de tus neumáticos puede reducirse hasta un 20%. Por el contrario, si la presión es excesiva, incrementas el riesgo de reventones.
Recapado: una alternativa para el transporte
En el ámbito del transporte de carga y pasajeros, el recapado se presenta como una alternativa técnica, económica y ecológica para maximizar la vida útil de los neumáticos. Esta práctica permite:
- Reducir costos operativos sin comprometer la seguridad o el rendimiento.
- Disminuir la necesidad de neumáticos nuevos, beneficiando al medio ambiente.
- Aprovechar la carcasa original múltiples veces, siempre que se encuentre en condiciones adecuadas.
No obstante, es crucial realizar este proceso en centros autorizados y certificados, los cuales garantizan procedimientos seguros. Cabe mencionar que un neumático puede ser recapado más de una vez si su estructura lo permite.
Invertir en seguridad
Cuidar los neumáticos no solo se trata de ahorrar dinero; es una inversión en la seguridad tuya y de quienes te rodean. Revisa tus cubiertas con frecuencia, conduce de manera consciente y no olvides la presión adecuada. Con estos cuidados, tu auto funcionará mejor y tus viajes serán más tranquilos.