Contexto de economía informal en Bolivia
La economía boliviana se encuentra asediada por la informalidad, especialmente en el caso de los «autos chutos», una problemática que destaca como una de las más serias. Estos vehículos ingresan de manera ilícita, principalmente desde la Zona Franca de Iquique (Zofri) en Chile o son robados en dicho país. Se comercializan a precios significativamente inferiores, alcanzando hasta un 40% menos que los del mercado formal, y circulan sin registro ni seguro en diversas regiones del país.
Promesa electoral y aumento en precios
En el marco de las elecciones presidenciales, el candidato Rodrigo Paz Pereira se comprometió a regularizar estos vehículos, lo que provocó un aumento inmediato en el valor de este mercado alternativo. Este tema ha adquirido gran relevancia en la contienda electoral, donde Paz Pereira se enfrenta al liberal Jorge “Tuto” Quiroga.
La Cámara Automotor Boliviana (CAB) estima que cerca de 1,5 millones de autos en el país son «chutos», dentro de un total de 2,5 millones de vehículos. De ellos, al menos 200.000 se utilizan cotidianamente en las comunidades. En el último año, el ingreso de estos vehículos ha superado las importaciones legales, enfatizando la caída en las importaciones permitidas a causa de la crisis económica y la escasez de dólares.
Impacto en comunidades locales
En un recorrido por Caranavi, un pueblo ubicado en las Yungas, se observa que la mayoría de los vehículos en circulación son autos chutos, que operan abiertamente ante la Policía. Aunque a menudo se les niega el acceso a combustible, los ciudadanos enfrentan largas esperas para abastecer sus automóviles en las estaciones de servicio. Jonathan Campos, un comerciante local, comenta sobre la difícil situación: «Pensé en comprar uno, pero juntar dólares se ha vuelto complicado, por eso utilizo taxis chutos para moverme».
Las rutas del contrabando y el negocio generado
El mercado de autos chutos se caracteriza por dos corrientes principales: aquellos legalmente adquiridos en Iquique pero que se vuelven ilegales al cruzar a Bolivia, y los que son robados. Según un investigador anónimo, «los robados suelen venir del norte de Chile y entran sin documentos. Son vendidos en Bolivia por chuteros bolivianos».
Los autos comprados en Zofri son gestionados mayormente por comerciantes de origen paquistaní, quienes emiten facturas de reexpedición y los hacen llegar a Bolivia en camiones, cruzando la frontera por pasos ilegales. Este proceso permite que los vehículos lleguen a ferias donde son vendidos a precios muy competitivos.
La reacción de los candidatos
Paz Pereira ha destacado que su propuesta busca regularizar los autos chutos y abordar el tema del contrabando de combustible. «Los vehículos indocumentados los vamos a ordenar y los robados los vamos a devolver. Así, obtendremos datos precisos sobre nuestro consumo», aseguró el candidato. Por su parte, Tuto Quiroga acusó la propuesta de ser un intento de atraer a los más de 200.000 bolivianos que tienen autos chutos y enfatizó que, «no se puede legalizar lo robado». Quiroga considera que premiar a quienes infringen la ley es una mala política y subrayó la importancia de la responsabilidad en el discurso electoral.