Las vacaciones en Córdoba y los recuerdos de infancia
Era una ocasión de vacaciones invernales cuando viajamos a las sierras cordobesas para hospedarnos en el hotel Yacanto. Aún se conservan algunas fotos de rollo con marco blanco y la fecha impresa en uno de los bordes. Mis padres aparecen abrigados frente a un fondo de árboles desnudos y las sierras al fondo. Recuerdo una foto en la que soy un niño de cuatro años, vistiendo un sweater a rayas marrón y blanco que, supongo, fue tejido por alguna de mis abuelas, junto a un pantalón de corderoy marrón que mi madre eligió para mí. Todos llevábamos esas típicas camperas de los años 70 que daban poco abrigo, y claro, los cielos celestiales de la zona se recortaban en el fondo.
Durante esos juegos, hice amistades temporales que me llevaban a jugar en el lecho de un río seco. Ellas me contaban historias sobre cómo la corriente podía aparecer de repente y arrastrarnos, mientras improvisábamos un picnic con galletitas y gaseosa, usando una servilleta como mantel, bajo la mirada atenta de algún adulto. Aunque el río nunca me llevó, caí en una acequia con agua que corría rápidamente. Siempre he sido buena nadadora, así que no me importó mucho, aunque mi familia sostiene que mi padre corrió para rescatarme, sujetándome del sweater marrón. Afortunadamente, no me reprimieron por haberme empapado en pleno invierno, dado el gran alivio que sintieron.