Para agilizar el descenso de pasajeros, se han elegido cuatro estaciones clave: Olleros, Plaza Italia, Pueyrredón y 9 de Julio. La selección se hizo pensando en el flujo de gente y la conexión con otros medios de transporte.
La ampliación del horario del subte, que comenzó como una prueba piloto en la Línea B los viernes de diciembre, enero y febrero, se extendió a los sábados a partir de marzo, gracias a los buenos resultados.
Además, se implementaron servicios especiales para descongestionar grandes eventos, como el Buenos Aires Trap (Línea H), el partido de la Selección Argentina contra Brasil y los encuentros de Copa Libertadores en el Monumental (Línea D).
El objetivo principal es doble: reducir la dependencia del transporte privado y, al mismo tiempo, impulsar la cultura en la Ciudad de Buenos Aires. Así, se busca un transporte más eficiente y sostenible en áreas con gran concentración de personas.