La dislexia y sus efectos en la salud emocional
La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje que afecta de manera significativa la capacidad de leer y escribir con fluidez. Aunque no guarda relación con el nivel de inteligencia general, las personas que la padecen suelen experimentar dificultades en la decodificación de palabras y en la comprensión de textos, lo que puede repercutir negativamente en su rendimiento académico y en su autoestima.
El profesor Bruce Pennington de la Universidad de Denver menciona que la dislexia tiene un origen neurobiológico y un importante componente genético. Esto implica que, aunque las manifestaciones pueden variar entre individuos, existe una predisposición hereditaria que afecta a muchos de ellos. A pesar de las dificultades asociadas, es importante destacar que un niño con dislexia posee una inteligencia normal.
Características y prevalencia de la dislexia
Conocida comúnmente como “dificultad de lectura”, la dislexia impacta áreas del cerebro encargadas del procesamiento del lenguaje. Se presenta en alrededor de 1 de cada 10 niños que no presentan desventajas físicas, psicológicas ni socioculturales, y generalmente tiene su origen en una alteración del neurodesarrollo.
- Se estima que entre un 5% y un 10% de la población mundial tiene algún grado de dislexia, lo que equivale a aproximadamente 700 millones de personas con dificultades en la lectura y escritura.
- En Argentina, se estima que cerca del 10% de los estudiantes se enfrenta a este trastorno.
El apoyo emocional y un diagnóstico temprano son cruciales para lograr que muchos niños que padecen dislexia tengan éxito en sus estudios, ya sea a través de la ayuda de un tutor o de un programa especializado. Adicionalmente, es importante entender que la dislexia no afecta la capacidad de comprender o asimilar información, y no se relaciona con la inteligencia o la expresión oral.
Desafíos emocionales y estrategias de intervención
La Dra. Julie Lindstrom, especialista noruega en dislexia, enfatiza que la identificación temprana y la intervención adecuada son esenciales para proporcionar estrategias eficaces que apoyen a los niños. Programas especializados en fonética han demostrado ser particularmente efectivos, enfocándose en la enseñanza de la relación entre letras y sonidos de manera intensiva y personalizada.
Un estudio que figura en el Journal of Learning Disabilities sugiere que los niños disléxicos frecuentemente experimentan altos niveles de ansiedad y baja autoestima como resultado de sus desafíos en el ámbito escolar. Por esto, es vital que los sistemas educativos y las familias creen un ambiente de apoyo, evitando la estigmatización, para contribuir a reducir estos efectos y mejorar el bienestar emocional de los niños con dislexia.