Un desafío inesperado en la cocina
Luis Ventura, conocido por su vasta trayectoria en el mundo del espectáculo, se enfrenta a un desafío muy diferente en MasterChef Celebrity. Este periodista y presidente de APTRA no imaginó que la competencia culinaria resultaría tan complicada. En un giro inesperado, una prueba con ñoquis provocó en él risas y desagrado, llevando a que escupiera los alimentos ante las cámaras y sus compañeros.
Desde ese momento, la suerte no estuvo a su favor, con la prueba de albóndigas casi costándole su lugar en el reality que conduce Wanda Nara, y más tarde enfrentando un accidente al intentar cocinar una sencilla tortilla. Sorprendentemente, los cuchillos y las hornallas se han convertido en sus enemigos, muy lejos de los micrófonos y cámaras con los que solía lidiar.
La realidad detrás de las cámaras
En una entrevista exclusiva, Ventura comparte su sinceridad sobre la dinámica del reality y expone la competencia subyacente: «Las competencias son juegos donde vos querés ganar, aunque te la quieran edulcorar, decorar, que nos queremos todos, que somos todos amigos, que la vida es linda y es bella. Está todo fenómeno, pero ¿sabés qué? Todo el mundo va por los cincuenta millones. Esa es la realidad». Esta declaración revela la tensión que se oculta tras la fachada de camaradería entre los participantes.
- «Dentro de esa posibilidad están los que pueden más y los que pueden menos».
- «Están los que empujan, están los que pelean, los que apoyan y los que producen».
- «Todos tratando de hacer maravillas con conocimientos que muchas veces no tienen, frente a un jurado implacable».
El encanto de la tradición
Ventura utiliza su aguda ironía para describir el papel de Nara: «El encanto es ese: la palabra siempre glamorosa de Wanda Nara, que te hace creer que estás en el cielo y en realidad estás en el purgatorio». Entiende perfectamente que detrás de su rol de hada madrina y juez severo hay un contexto más complejo, lleno de historias y chismes olvidados que surgen con la reincorporación de figuras pasadas en la competencia.
Reflexionando sobre la historia de la televisión, Ventura recuerda: «Este programa lo que tiene es el mismo encanto de cocinar con doña Petrona C de Gandulfo. ¿Se acuerdan?». A medida que la cocina y la alimentación de los argentinos han evolucionado, también lo han hecho los desafíos que presentan estos programas.
Retos y marcas visibles
El impacto del reality va más allá de lo emocional; Ventura menciona las consecuencias físicas de participar en una competencia como esta: «Los dedos índice y mayores de las dos manos los tengo tajeados porque los cuchillos cortan como un témpano de hielo del Perito Moreno. Tengo cortados los dedos porque muchas veces se me escapa alguna de las cuchillas y lo otro que tengo, que muchas veces no manejo, son las temperaturas de los aceites hirviendo».
Su descripción no es exagerada; la cocina puede ser peligrosa y las cámaras no ocultan las huellas de su esfuerzo. «Estando en proceso de recuperación, normalizando mi situación, enfrentando los ardorosos desafíos de la cocina», dice. Para Ventura, estas cicatrices son un recordatorio de que, al igual que en otros oficios como el de albañiles o herreros, las heridas son parte del trabajo diario.