Autocrítica en el Congreso de Cardiología
Durante el 51° Congreso Argentino de Cardiología, que se lleva a cabo esta semana en Buenos Aires, se percibió un ambiente de ciertas tensiones. En este evento, el más significativo del mundo hispanohablante y el cuarto a nivel global con más de 14,000 inscriptos, el enfoque se centró en un factor de riesgo crucial: la hipertensión arterial. La palabra que resonó con fuerza fue «Fracaso«.
Desafíos en el control de la hipertensión
La sorprendente autocrítica se realizó al discutir la prevención y tratamiento de la hipertensión arterial, considerada el principal riesgo cardiovascular y causante de numerosas enfermedades. Un panel de expertos llevaba el título claro: «En qué fallamos para lograr el control de la hipertensión arterial«. A más de 15 años del primer gran estudio nacional sobre esta condición, los datos siguen siendo alarmantes. Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, el 34.6% de la población adulta sufre de presión alta; esto significa que más de uno de cada tres argentinos adultos enfrenta un riesgo que, si no se trata adecuadamente, puede resultar en infartos, ACV, insuficiencia renal o incluso la muerte.
Consecuencias de la hipertensión no tratada
La hipertensión puede ocasionar variadas patologías, incluyendo:
- Hemorragia cerebral
- Demencia vascular
- Deterioro cognitivo
- Arritmias
- Insuficiencia renal
- Pérdida de visión por daño vascular
De acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Salud, en 2023 un total de 99,454 argentinos fallecieron por enfermedades cardiovasculares. De estos decesos, cerca de uno de cada tres podría haberse prevenido mediante el control adecuado de la presión arterial, lo cual equivale a unas 33,000 muertes evitables al año, es decir, alrededor de 90 por día.
Propuestas para mejorar el diagnóstico y tratamiento
Pablo Stutzbach, presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), fue directo en su mensaje: «Necesitamos un cambio de paradigma. Alrededor del 40% de las personas hipertensas no saben que lo son. De aquellos que conocen su diagnóstico, muchos no reciben tratamiento, y entre los tratados, una parte significativa no logra alcanzar los valores objetivos recomendados. A lo largo de los últimos 15 años no hemos observado mejoras sustanciales, lo que revela un estancamiento en la estrategia sanitaria para enfrentar este problema».
Sergio Baratta, presidente electo de la SAC, añadió que «en años recientes ha comenzado a notarse un fenómeno inquietante: el diagnóstico de hipertensión en personas jóvenes está en aumento. Durante el embarazo, también se ha observado un incremento en trastornos hipertensivos, en pacientes con factores de riesgo como la obesidad y el sedentarismo, pero que no habían sido diagnosticados debido a la falta de controles».
Nuevo Consenso Argentino de Hipertensión Arterial 2025
Los cardiólogos coincidieron en que el nuevo Consenso Argentino de Hipertensión Arterial 2025, presentado oficialmente durante el congreso, representa una herramienta clave para el manejo integral de la hipertensión: detección temprana, diagnóstico preciso, tratamiento efectivo y seguimiento sistemático. Este documento señala que todos los adultos deben medir su presión arterial al menos una vez al año. En términos de objetivos terapéuticos, se sugiere bajar la presión a menos de 140/90 mmHg en la mayoría de los pacientes, y a 130/80 mmHg en aquellos que lo toleren adecuadamente, especialmente si presentan alto riesgo cardiovascular.
Importancia del enfoque no farmacológico
El documento también enfatiza la relevancia de los cambios en el estilo de vida, que incluyen:
- Reducción de peso
- Restricción de sodio
- Aumento de consumo de frutas y verduras
- Ejercicio físico regular
- Mejorar la calidad del sueño
- Disminuir el estrés
- Cese de tabaquismo
Estas intervenciones deben promovidas desde el primer contacto con el paciente.
Desatención médica en el tratamiento de la hipertensión
Durante el congreso, se evidenció una preocupante falta de atención por parte de los médicos en relación a la hipertensión arterial; en muchos casos, la presión no se mide durante las consultas. Según indicaron, las razones son diversas: falta de tiempo, escasa formación específica, o incluso una subestimación del riesgo. Esta omisión repercute en diagnósticos tardíos, que pueden tener consecuencias severas.
Reflexiones finales sobre la hipertensión
Baratta ilustra el impacto de la hipertensión de forma clara: «Imaginemos el sistema cardiovascular como una bomba conectada a cañerías; una presión excesiva fuerza al corazón a trabajar más, lo cual puede causar su falla. Las arterias pierden elasticidad y se deterioran, afectando a órganos vitales y provocando infartos o ACV». Stutzbach concluyó: «La hipertensión es asintomática, pero sus efectos no. No se trata solamente de cifras, sino de vidas que pueden salvarse si se actúa a tiempo. Pocas enfermedades permiten una medición tan sencilla, y el estilo de vida actual contribuye a elevar la presión arterial. Debemos reconocer que hemos fracasado hasta ahora en su control y tratamiento».