Ruptura de paradigmas en la producción ganadera
Con un enfoque en el manejo eficiente del pasto y la selección genética, la familia Lafontaine ha logrado sobresalir en la producción ganadera, superando con creces los promedios regionales. La meta de esta familia, a lo largo de varias generaciones, ha sido desarrollar un sistema de producción que se base fundamentalmente en la alimentación pastoril y romper una curva biológica que indicaba que los terneros de bajo peso al nacer tienden a pesar menos al momento del destete que aquellos con alto peso al nacer.
Innovación en genética ganadera
Juan Adolfo Lafontaine, uno de los actuales responsables de la empresa, se propuso desafiar esta curva mediante la selección de animales que, aunque tuvieran un menor peso al nacer, pudieran exhibir un elevado crecimiento posterior, logrando así un peso significativamente mayor al destete.
Después de años de trabajo en esta línea, ha alcanzado éxitos notables. Por ejemplo, es capaz de vender reproductores de un año que pesan 450 kilos, produciendo terneros con bajo peso al nacer que son destetados con 240 kilos en febrero, y posteriormente alcanzan 200 kilos más en tan solo seis meses, listos para la faena. Estos animales evidencian precocidad, fertilidad y una madurez fisiológica prematura.
Desarrollo comercial y sostenibilidad
Este avance se ha logrado en la cabaña Los Tigres, pero sus prácticas no se limitan a este establecimiento. La familia cuenta con otro campo donde se realizan actividades de cría, recría y engorde de novillos de forma comercial, aplicando los avances obtenidos en la cabaña. La empresa Lafontaine ha estado involucrada en la ganadería por muchos años en General La Madrid, en la provincia de Buenos Aires, y posee la cabaña Los Tigres que alberga 400 vientres de pura raza y controlados en un área de 700 hectáreas. Desde allí, venden reproductores de uno y dos años, además de vientres preñados y con terneros al pie.
Asimismo, disponen de un espacio de 2050 hectáreas, identificado como Sud Oeste, donde mantienen 1000 vacas destinadas a la cría y engorde, lo que permite la venta tanto de vientres preñados como de novillos para consumo local y exportación.
Desafíos superados a lo largo de generaciones
A lo largo de varias generaciones, la familia ha trabajado arduamente para mejorar la producción ganadera en una región desafiante como lo es el sudoeste bonaerense, mediante el uso de una adecuada cadena forrajera y una buena genética.
El hijo de Juan Adolfo, Nicolás Lafontaine, explicó en una jornada organizada por Select Debernardi ante una concurrencia de 900 personas que, según lo habitual, “una hembra que parió un ternero de bajo peso al nacer generalmente presenta un tamaño inferior al destete, y viceversa”. De esta forma, típicamente se empleaban toros que generaban terneros pequeños para las vaquillonas, mientras que otros toros, que producían terneros más grandes, eran usados para las vacas.
Lafontaine buscó desafiar esta noción seleccionando animales de bajo peso al nacer, que son ligeros pero que aún presentan un crecimiento superior al promedio de la raza durante las etapas de cría, recría y engorde.
Mejoras sustanciales y resultados comprobables
El proceso que emprendió no fue sencillo; requirió paciencia y una cuidadosa selección, eliminando aquellas vacas que producían terneros con índices de crecimiento inferiores. En 2001, Lafontaine asumió el reto de crear una población masiva de lo que era considerada excepcional: vacas que paren terneros livianos pero que mantengan un buen ritmo de crecimiento hasta el destete, lo que muchos consideraron “biológicamente imposible”.
Mediante este enfoque, se han logrado avances notables que se reflejan en la disminución del promedio de peso al nacer de la cabaña y, simultáneamente, un aumento en el peso de los terneros al destete.
Implementación de tecnología en la crianza
El peso al nacer es una de las características más complejas de medir. Por ello, los Lafontaine diseñaron un aparato que facilita el proceso al evitar el esfuerzo manual. Este dispositivo se acopla a la caja de la camioneta y está equipado con una balanza.
Para alcanzar los resultados y objetivos planteados, Lafontaine combinó la selección fenotípica con el uso de DEP (Diferencias Esperadas entre Progenies), en el marco del programa ERA (Evaluación de Reproductores) de Angus. Los DEP son herramientas que permiten prever, a partir de los antecedentes paternos y maternos, así como del toro utilizado, cómo podría ser la descendencia. “Esto es útil para analizar lo que no es visible y complementa la selección fenotípica para incrementar la productividad”, afirmó Nicolás Lafontaine.
Resultados de la selección eficiente
Gracias a este proceso, se ha logrado que el peso promedio al nacer entre los animales haya disminuido con el tiempo, mientras que el peso al destete ha aumentado de manera simultánea. Esto subraya el éxito en el desafío de seleccionar características opuestas de manera efectiva.
Los toritos de un año, resultado de esta selección, están genotipadamente completos, alcanzando un peso de 450 kilos y una circunferencia escrotal en promedio de 37,5 cm, después de ser destetados con 268 kilos. La ruptura de la curva convencional permite la venta de toros que presentan precocidad sexual y madurez fisiológica prematura.
Comercialización y adaptabilidad al mercado
Los avances genéticos provenientes de la cabaña de Lafontaine se aplican también al rodeo general en el campo Sud Oeste. Allí, los nuevos desarrollos se ponen a prueba en condiciones comerciales, y las conclusiones obtenidas benefician a la cabaña, creando un ciclo de retroalimentación. En el ámbito comercial, “los machos alcanzan los 300 kilos en junio, permitiendo su carga a finales de primavera, alimentados de manera pastoral con un nivel bajo de suplementación”, explicó Nicolás, quien resaltó que estos novillos se adaptan perfectamente para el consumo interno y también para la cuota Hilton, llegando a los 460 kilos en su destino, sin necesidad de permanecer dos años en el campo.
Esta adaptación resulta en un tipo de biotipo versátil, permitiendo que el 20-30% de la producción pueda ser vendido en la cuota Hilton a fines de diciembre, mientras que el resto se destina al consumo interno. La alimentación para ambas categorías es en 95% pastoril, con una ligera suplementación de 0.5-0.8% del peso corporal en otoño, para evitar problemas en los verdes. “Este sistema de bajo coste permite obtener excelentes resultados en la gestión ganadera”, compartió el empresario. Así, el manejo de pasto y la genética son los pilares del sistema de producción comercial de los Lafontaine, que venden 10 jaulas anualmente.
En conclusión, el enfoque de selección implementado ha permitido que, al entorar vaquillonas de 15 meses, los problemas de parto se hayan reducido a la mitad y se haya incrementado un 60% el crecimiento.